Clepsidra, el cronómetro antiguo

Clepsidra, el cronómetro antiguo

Aunque la palabra clepsidra se utilizó en un principio para identificar lo que se llama reloj de agua, un instrumento muy antiguo y poco conocido, también la han aplicado al reloj de arena. Los relojes de agua o de arena, en realidad no son relojes porque no dan la hora, simplemente marcan una determinada cantidad de tiempo por lo que más bien son cronómetros.

Clepsidra es una invención muy antigua, de origen mesopotámico, que mide el tiempo sobre la base de lo que tarda una determinada cantidad de agua en pasar de un recipiente a otro, de iguales dimensiones y colocados uno encima del otro. El principio del reloj de arena es el mismo por lo que también lo llaman clepsidra, con el que se mide el tiempo por medio de dos recipientes de vidrio o cristal, de forma cónica y unidos por el vértice formando un cuello, de tal manera que la arena fina contenida en el recipiente de arriba vaya pasando al recipiente de abajo, lentamente pero de forma continua. Lo que tarda en pasar toda la arena es la unidad de medida del tiempo.

La palabra clepsidra deriva del griego klepsydra, formada por hydro (agua) y clepto (robo), dando la idea de que el recipiente de abajo roba el agua (o la arena) del recipiente superior. La clepsidra en la actualidad tiene solo un valor simbólico y es el instrumento que más visiblemente representa, con la caída del agua o de la arena, el transcurrir constante del tiempo.

Los antiguos egipcios usaban las clepsidras especialmente durante las noches cuando no funcionaban los relojes de sol. Los primeros relojes de agua usaban una vasija de cerámica perforada en la base para tener la salida del agua a una velocidad determinada y, consecuentemente, en un tiempo prefijado. Internamente, el recipiente tenía marcas que indicaban diferentes cantidades de agua, calibrados para diferentes períodos de tiempo. En Atenas usaban los relojes de agua para fijar el tiempo a los oradores, y con el mismo fin se usaron en los tribunales romanos. A pesar que hoy en día prácticamente no existen relojes de agua, por muchos siglos fue el instrumento más eficiente para medir el tiempo.

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Reloj de agua antiguo usado hace 2500 años

En los relojes de arena, una vez que el recipiente de arriba se vacía, simplemente se puede voltear para cronometrar nuevamente. Diferentes unidades de tiempo se logran modificando la cantidad y calidad de la arena, el tamaño de los recipientes y el diámetro del cuello.

Las clepsidras están prácticamente en desuso, se han sustituido por los relojes de pulsera o de pared para conocer la hora, y por los cronómetros para medir el tiempo de determinados sucesos. Modernamente los relojes de arena, en su mayoría, son de adorno, pero se pueden utilizar cuando una medida del tiempo es suficiente para que transcurran determinados sucesos, como por ejemplo una entrevista de trabajo, una exposición de un conferencista, el tiempo de cocción de un huevo, o el tiempo disponible para pensar un movimiento en un partido de ajedrez.

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