Tres grandes tragedias del boxeo

Tres grandes tragedias del boxeo

"Muéstrenme un héroe y escribiré una tragedia".  ¿Cuántos héroes no ha parido un ring de boxeo? ¿Cuántas tragedias dentro y fuera del cuadrilátero han dado más peso la frase de Francis Scott Fitzgerald con la que iniciamos el texto?

Decenas de finales trágicos han minado los medios de comunicación desde que los grandes boxeadores han caído cual ícaros, desde lo más alto de la fama, la fortuna y el reconocimiento público tras darse los golpes más fuertes de sus carreras.

En honor a esos grandes personajes, en Migelatina.com mostramos tres grandes tragedias de la historia del deporte, del boxeo y de la humanidad.

Arturo Gatti

Peleador canadiense, de origen italiano, campeón del mundo en las categorías superpluma, ligero y welter que deleitó a los fanáticos de los 90 y 2000 con un estilo fajador y frontal.

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Cuatro de sus pleitos “rockyanos” se convirtieron en las peleas de los años 1997, 1998, 2002 y 2003.

Esos grandes éxitos que tuvo como gladiador, no pudo llevarlos a su vida personal. Si bien es cierto que los contratos que firmó lo llevaron a acumular una buena fortuna, sus decisiones lo empujaron a la misma muerte.

Ya retirado de los cuadriláteros, en 2009 encontraron su cuerpo en un hotel de Brasil donde pasaba las vacaciones con su esposa y su hijo de diez meses. Las primeras pruebas señalaron a su esposa como la presunta homicida, pero conforme la investigación fue avanzando, declararon que Gatti se había suicidado.

Carlos Monzón

Ha sido uno de los grandes ídolos del deporte argentino. Hitos como las 76 victorias consecutivas que obtuvo, sin una sola derrota, y los 15 títulos de campeonato mundial que alcanzó llenaron las paredes de su hogar de reconocimientos. En definitiva dejó el deporte con un récord profesional de 87 victorias -59 de ellas por KO- 3 derrotas, 9 combates nulos y uno sin resolución.

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Una vez colgados los guantes, su idílica vida de celebridad, en la que nadó en el alcohol,  acabó el 14 de febrero de 1988, cuando apretó el cuello de su mujer Alicia Muñiz, hasta dejarla inconsciente. Tras el hecho, la tiró desde el balcón de su casa, produciéndole múltiples fracturas en el cráneo.

Pese a sus negativas, afirmando que su mujer se había suicidado, el juicio fue tajante: 11 años de prisión por homicidio. El tribunal consideró de forma unánime que el delito estaba probado. El excesivo alcohol fue usado como atenuante.

Seis años después, durante una noche de permiso laboral que dio la cárcel en la que estuvo recluido por el crimen, murió en un accidente de tráfico.  

Edwin Valero

Los 19 nocauts consecutivos que logró en su carrera, sin recibir una sola derrota, fue un verdadero hito en la historia del boxeo. Su pegada fulminante lo llevó a ponerse el cinturón del título mundial del AMB. Su prometedora carrera sufrió algunos traspiés como la imposibilidad de pelear en Estados Unidos por no contar con una visa de trabajo. Su mayor rival fue él mismo. Su adicción al alcohol y a la cocaína lo condujo a cometer un historial de abusos contra su madre y su mujer.

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La tragedia, que pudo evitarse de funcionar bien las instituciones judiciales venezolanas, alcanzó a la familia Valero en 2011, cuando “El Inca” asesinó a su esposa con una hojilla de afeitar tras una noche de abuso con vodka y cocaína. Cabe recordar que días atrás Valero había enviado al hospital a su mujer, dónde estaba bajo la protección de las autoridades. Sin embargo, permitieron al boxeador llevarse a su mujer por temor a represalias, debido a la amistad del púgil con el difunto Hugo Chávez.

Tras el homicidio, Valero se entregó a la policía del estado Carabobo de Venezuela, en cuyas celdas acabó el cuerpo del boxeador, en un supuesto suicidio que no quedó del todo claro.  

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