Método Irene para autistas: un regalo a la vista

Método Irene para autistas: un regalo a la vista

Método Irene para autistas: un regalo a la vista

El autismo afecta a cada niño de forma diferente por lo que se dificulta encontrar el tratamiento exacto para cada uno. Uno de los efectos del autismo son los problemas con la percepción visual, y si esto se mejora, se le da al niño la habilidad de ver el mundo más claramente, mejorando el aprendizaje y la comprensión, y posiblemente controlando algunos problemas de comportamiento.

 

Los individuos con autismo generalmente se encuentran con que es difícil manejar la sobrecarga sensorial del mundo debido a luces, colores, contrastes, formas y patrones, causándole a ellos que se aparten de todo.

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El Método Irene es una forma efectiva de tratar desórdenes de percepción visual, el cual utiliza colores para crear un mundo más armonizado. Frecuentemente escuchamos que colocar un filtro de colores sobre una página cuando lees, permite hacerlo mejor y más rápido. Está comprobado que esto funciona y si usted tiene un niño autista en la edad de leer, trate estos filtros y vea si se logra alguna diferencia en velocidad y comprensión de la lectura. Sin embargo, un mayor beneficio se logra con el uso permanente de estos filtros de colores, para lo cual se han hecho anteojos especiales usando lentes coloreados.

Los niños no responden igual a cada color, por lo que es un proceso de prueba y error encontrar el color que bloquea la luz dañina. También puede usar bombillos colorados en su casa para ayudar a las personas autistas con sus problemas de percepción visual.

Este método ayuda a los niños principalmente en cuatro áreas: profundidad de percepción, interacción social, aprendizaje y bienestar físico. Los colores ayudan a determinar la distancia de los objetos, haciendo al mundo tridimensional al ayudar a la profundidad de la percepción. La interacción social mejora porque el niño se siente como si estuviera en un mundo más calmado y puede ver más claramente e interpretar las expresiones faciales. Mejora el aprendizaje porque mejora la lectura y se reducen los dolores de cabeza y mareos. Todas estas ayudas, indudablemente, incrementan el bienestar de los que padecen autismo.


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