El Obelisco de Cleopatra en Londres

El Obelisco de Cleopatra en Londres

El Obelisco de Cleopatra, conocido como la Aguja de Cleopatra (Cleopatra´s Needle), no guarda ninguna relación con la reina egipcia Cleopatra a pesar de su nombre. Es una pieza que se mandó a esculpir en el siglo XV a.C. por el Faraón Tutmosis III. Se esculpieron dos piezas similares, una se encuentra en Londres y la otra en Nueva York.

Estos obeliscos fueron esculpidos en granito rojo extraído de las canteras de Asuán cerca del Río Nilo, en la ciudad de Heliópolis por el año 1450 a.C. atendiendo a la orden de Tutmosis III, pero las inscripciones jeroglíficas grabadas en sus lados fueron ordenadas por Ramsés II unos 200 años después, como testimonio de sus victorias militares. Luego estos obeliscos fueron trasladados a Alejandría y colocados en el templo Caesarium mandado a construir por Cleopatra (posiblemente por eso se conocen como los obeliscos de Cleopatra). Este templo fue posteriormente derrumbado y con él cayeron los obeliscos, los cuales afortunadamente quedaron bajo tierra permitiendo que los jeroglíficos se conservaran a salvo del efecto de la atmósfera.

En el año 1819, el Rey Egipcio Mehemet Alí en agradecimiento por las victorias de Lord Nelson en la Batalla del Nilo y de Sir Ralph Abercombry en la Batalla de Alejandría en 1801, obsequió este obelisco al gobierno inglés. Los ingleses agradecieron el regalo pero no podían aceptar los gastos de transporte ya que por ser una estructura muy pesada (más de 180 toneladas) y grande (más de veintiún metros de largo) el costo de llevarlo a Londres debía ser enorme. Por esa razón, la pieza ya donada a los ingleses permaneció en Alejandría por casi sesenta años más, hasta que en 1877 Sir William Erasmus Wilson, un dermatólogo y anatomista inglés, contribuyó con las diez mil libras que costaba el transporte hasta la capital inglesa. Un ingeniero de apellido Dixon diseñó un enorme contenedor metálico recubierto por un casco de barco con mástiles para transportar el obelisco en su interior.

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El obelisco fue embarcado y en su lento y penoso navegar fue sorprendido por una tormenta frente a las costas españolas, quedando a la deriva hasta que la marina española pudo rescatarlo y despacharlo hasta Londres adonde llegó en enero de 1878. En una primera instancia se pensó en colocarlo frente al Parlamento Británico cerca de la estatua ecuestre del Rey Ricardo, pero finalmente fue instalado en el Victoria Embankment en Westminster, a la orilla del Támesis.

Una curiosidad es que debajo del obelisco, encerrado en el pedestal, hay un cofre llamado cápsula del tiempo porque allí se guardaron periódicos de la época, objetos de la industria inglesa de finales del siglo XIX, una historia escrita de los pormenores de la penosa travesía y otros objetos del recuerdo. A los lados del pedestal hay dos esfinges típicas de la cultura egipcia.

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