Entrenamiento básico para la práctica de deportes extremos

Entrenamiento básico para la práctica de deportes extremos

Entrenamiento básico para la práctica de deportes extremos

Si estás pensando practicar algún deporte extremo debes saber que el entrenamiento físico diario es un requisito fundamental para estar preparado frente a cualquier riesgo y disfrutar con inteligencia cada aventura que te exija la actividad.

Este entrenamiento no se debe entender solo como ir al gym dos veces por semana o comprarte una caminadora y hacer 30 minutos diarios mientras ves la tele.

Cualquier deporte extremo, desde trekking hasta alpinismo requiere de un compromiso físico-mental que asegure el disfrute responsable de la actividad.

Desde Mi Gelatina te ofrecemos una lista básica del entrenamiento a seguir previo a conquistar el destino escogido:

  1. Entrenamiento anaeróbico

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Lo más importante cuando salimos a la ruta es tener una buena resistencia para así controlar nuestro ritmo y no agotarnos tan fácil.

Trabajar nuestra resistencia física se logra fortaleciendo la masa muscular. Un buen entrenamiento debe incluir trabajo con pesas diario. Para empezar puedes proponerte cumplir 30 minutos e ir intercalando el peso a medida que adquieres resistencia.

  1. Entrenamiento cardiovascular

Mantener un buen ritmo sin comprometer a nuestro sistema cardiovascular es otro básico y para eso recomendamos dos tipos de ejercicios.

Diariamente, puedes hacer carreras cortas pero con velocidades muy rápidas. Y, una vez a la semana puedes programar una caminata larga a una montaña o cerro en los que pongas a prueba resistencia y fuerza muscular.

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  1. Entrenamiento mental

Para la práctica de deportes extremos no sólo es necesario tener un cuerpo atlético, también es necesario entrenar nuestra mente para que la concentración e inteligencia emocional se mantengan activas en los momentos estratégicos de la actividad.

Porque, ¿y si perdemos el equilibrio a 400 metros de altura? o, ¿si nos perdemos? Muchas veces no sabemos cómo reaccionar en situaciones de riesgo y es ahí en donde el control mental es nuestro mejor aliado.

Estudios científicos demuestran la importancia de la meditación y yoga en el entrenamiento mental. Practicar una rutina de yoga diaria no sólo mejorará la elasticidad de tu cuerpo, sino que además mejorará tu postura.

Sobre la meditación podemos hacer sesiones cortas en casa, guiados por aplicaciones o canales de YouTube que facilitan la relajación con música y sonidos ambiente.

  1. Entrenamiento de la observación

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Cuando salimos a la montaña se hace necesario activar muy bien nuestros ojos para reconocer todas las señales de la ruta y evitar caídas o desviaciones del camino.

Un buen ejercicio es estimular nuestra función cognitiva a través de la memorización de objetos o lugares. Si eres bueno dibujando, prueba visitar un parque nuevo y entrenar tu observación registrando todo lo que ves en tu mente. Al llegar a casa, busca papel y lápiz e intenta hacer un mapa mental de cómo recuerdas el lugar.

  1. Cuidar tu alimentación

Aquí no se trata de entrenar, sino de cuidar la parte más vulnerable de nuestro cuerpo, esa que no vemos y es más difícil de entrenar.

Recuerda que si quieres ser un deportista responsable es un deber tener una alimentación equilibrada, que aporte las proteínas necesarias y evite grasas dañinas.

Sin una alimentación balanceada nuestro entrenamiento físico no servirá para nada, pues ni siquiera garantizamos que puedas cumplirlo con facilidad.

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Ve a un nutricionista, come más verduras, semillas y cereales. Menos harinas y grasas también es sinónimo de resistencia.


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