Babieca, el Caballo de El Cid

Babieca, el Caballo de El Cid

Babieca, el Caballo de El Cid

Babieca, según el DRAE, es una persona floja y boba. Entonces, ¿Por qué darle a un caballo el nombre “Babieca”? Veamos.

Rodrigo Díaz de Vivar, El Cid Campeador por ser guerrero y triunfador, hacia finales del siglo XI dominó todo el oriente de la Península Ibérica. Como todo buen guerrero debía tener un buen caballo, el cual fue Babieca, que lo acompañó en muchas de sus batallas. Hay varias leyendas en relación al nombre de este caballo, pero casi todas señalan que fue un regalo del padrino de El Cid, un religioso conocido como Pedro El Gordo, quien residía en un monasterio que se dedicaba a la selección y cría de caballos. En una ocasión, el padrino llevó al joven Rodrigo Díaz a visitar el monasterio y al llegar a las caballerizas le dijo: “Elige el potro que más te guste”. Rodrigo seleccionó un ejemplar feo, de escasa presencia, de apariencia débil, por lo que el padrino un tanto decepcionado exclamó: “Ése es un babieca, escogiste mal”. Pero Rodrigo le respondió: “Éste será un buen caballo y Babieca será su nombre”. Otras leyendas señalan que fue un regalo del Rey Alfonso VI de Castilla en agradecimiento por sus servicios a la corona, pero siempre con el mismo relato.

Babieca parecía una mezcla de caballo hispano con árabe, de un metro y medio de alzada, flexible, resistente, rápido y muy valiente. El Cid se acopló a sus características y montado en él, derrotó en numerosas batallas a sus adversarios. La última batalla ganada por El Cid en los alrededores al Monasterio de San Pedro de Cardeña, donde él muere, la realizó sobre su caballo Babieca, cuando su esposa Doña Jimena hizo atar el cadáver de su esposo a la silla del corcel, lo mandaron al frente elevando la moral y el ánimo de sus soldados y amedrentando a los moros, quienes pensaron que El Cid había resucitado y salió de entre los muertos para seguir luchando, por lo cual huyeron despavoridos.

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Babieca

Después de la muerte de El Cid, nadie más llegó a montar a Babieca, el cual murió dos años después que su amo estimándose que tenía 40 años de edad. Fue enterrado cerca del Monasterio de San Pedro de Cardeña, a diez kilómetros de Burgos. Frente a la fachada principal del monasterio hay una estatua ecuestre de El Cid Campeador, una estatua del Sagrado Corazón y un monolito para el eterno recuerdo de Babieca.

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