Cannes 2017: Ovación para el argentino Nahuel Pérez Biscayart
Nahuel Pérez Biscayart vive su primavera profesional en Cannes. Con apenas 31 años cumplidos, el actor argentino no recibió ni una mala crítica durante la proyección del film en competencia 12 battements per minute, dirigido por Robin Campillo.
Nahuel es argentino de nacimiento, se declara actor por accidente y nómada por el gusto de integrarse a distintas culturas para cultivar sus habilidades camaleónicas. La singularidad de sus rasgos, así como la euforia que pone a cada una de sus interpretaciones le han servido para hacerse un lugar en el llamado Cine de Autor. Gracias a esa categoría, los papeles que asume son muy distintos entre sí, aunque comparten riesgo y excentricidad.
En Argentina, los éxitos tempranos fueron los filmes Tatuado (2006) y La sangre brota (2008), película que lo proyectó por primera vez en Cannes y que serviría de trampolín para las más de cinco películas rodadas en Francia hasta la fecha.
“Ya no tengo un departamento, no busqué perder los verbos irme, quedarme, volver. Estoy en un momento de movilidad en que no me lo pregunto" confesó al medio argentino El Clarín luego de la proyección de 12 latidos por minuto, cinta que lo convocó a esta 70 edición de Cannes.
Su próxima parada será Berlín con nuevo proyecto en la mira y desde Latinoamérica también esperamos que su viaje lo haga acompañado por ese premio que sería más que una ovación. Ganar como Mejor Actor consolidaría aún más la carrera profesional de Nahuel y lo mantendría por más tiempo en producciones internacionales.
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120 latidos
En esta película, Nahuel interpreta a Sean, un joven VHI positivo y fundador del movimiento Act Up en defensa de los derechos de otros pacientes con el virus. El escenario es París en la década de los '90 y recuerda a otra cinta que causó polémica, Milk (2008).
El Act Up es uno de los movimientos más reconocidos en el mundo por denunciar las limitaciones y pocos beneficios otorgados por gobiernos y laboratorios farmacéuticos en la distribución de medicamentos para combatir el virus.
El contexto de la nueva producción de Campillo es áspero, porque recuerda las primeras luchas y al mismo tiempo las muertes en serie de personas que, al no tener acceso a un tratamiento adecuado morían al poco tiempo de ser detectado el VIH.
El personaje de Nahuel mezcla libertad y convicción en un momento en que el destino pareciera estar marcado por la muerte. Pero, como de costumbre el amor se convierte en un boleto conciliador.
En entrevista con otros medios, el actor ha revelado que su participación en la película le permitió conocer más de la enfermedad y de grupos de activistas regados por el mundo, que hasta el día de hoy se mantienen en la lucha por la reivindicación de los derechos humanos en pacientes seropositivos.
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Están todos invitados a latir con la interpretación de Nahuel y así revotar el efecto para que el premio se quede en Latinoamérica.
