Las tres mentiras que te han contado del Valle de los Caídos

Las tres mentiras que te han contado del Valle de los Caídos

Las tres mentiras que te han contado del Valle de los Caídos

Una guerra no deja nada positivo tras de sí. Muertos, pérdidas materiales, hambre, desolación, sobretodo, mucho odio y ganas de venganza. Suele decirse que la historia la cuentan los vencedores y que solo a ellos son erigidos los grandes monumentos que glorifican sus victorias.

Valle de los caídos

Pasan los años tras los conflictos bélicos pero muchas de esas heridas siguen abiertas. España es un ejemplo de ello. Las discusiones nacidas a partir de la promulgación de la Ley de Memoria Histórica, los debates sobre el cambio de nombres a las calles o la clausura de monumentos son una muestra que el paso de los años no significa que los rencores quedarán de lado.

También es cierto que en las guerras la primera baja es la verdad. Aunque la guerra civil española acabó hace 78 años, las batallas dialécticas no han acabado.

El Valle de los Caídos, único monumento erigido en el mundo para honrar a los fallecidos de ambos bandos, ha sido  foco de esas discusiones a las que hemos hecho referencia. En Migelatina.com desmentiremos tres mitos que han sido usados para desprestigiar este panteón nacional.

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1. Presos políticos fueron forzados a trabajar en la construcción

Una cifra habitual de prisioneros de la que se habla en los medios de comunicación ronda los 20 mil prisioneros. En ocasiones se elevan los números de 200 mil presos políticos que trabajaron en el monumento.

La realidad es muy distinta: en primer lugar en el Valle de los Caídos trabajaron tanto presos comunes, presos políticos como obreros libres, compartiendo condiciones de trabajo muy similares.

El libro Secretos y Mentiras de los Franco detalla que en 17 años en los que duró la construcción trabajaron 2.643 personas, de los cuales solo 243 eran presos, indistintamente de la razón en la que estuvieran penados.

De hecho, los reos se acogieron libremente a la ley de prisiones vigente que otorgaba un beneficio de seis días de libertad por cada día trabajado, lo que reducía las penas en un tercio del tiempo de condena.  

“El médico Luis Orejas, condenado a nueve años de prisión, quedó en libertad poco después de su llegada al Valle de los Caídos, pero prefirió quedarse donde empezó a ganarse quinientas pesetas mensuales. Llevó a su mujer y allí nacieron sus cuatro hijos”, refiere el citado libro.

2. Cientos de obreros murieron durante su construcción

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Una mentira suele seguir la otra, para taparla o para darle mayor credibilidad. No pocos tertulianos de esos que hemos mencionado también han afirmado que en la construcción del Valle de los Caídos murieron hasta 27.000 obreros, todos ellos soldados republicanos presos obligados a trabajar allí.

Si en los registros oficiales se documenta que 2.643 personas trabajaron en la obra (no al mismo tiempo), el sentido común nos lleva a pensar que la cifra ofrecida por estos aventureros es una barbaridad.

Lo cierto es que Ángel Laurín, preso político por haber practicado medicina para el bando republicano, llegó a la localidad de Cuelgamuros en 1946 (donde se erige este monumento ubicado en San Lorenzo del Escorial). Tras ser liberado, quedó practicando en la obra hasta 1962, período en el cual registró en sus notas solo 14 decesos.  

3. Franco lo mandó a construir para sí

En el imaginario colectivo suelen reposar imágenes de construcciones de grandes monumentos por esclavos, forzados a arrastrar grandes peñascos para la satisfacción del faraón, preocupado por inmortalizarse. Si piensas que Francisco Franco estaba cayendo en el mayor de los narcisismos que puede caer un ser humano, al menos por el Valle de los Caídos, no fue así. El sitio de honor de la Basílica, para proceder a un enterramiento, es delante del altar mayor. De haber querido Franco ser enterrado allí, se lo hubiera reservado. Sin embargo, allí descansan los restos mortales de José Antonio Primo de Rivera. La familia Franco quiso que el cuerpo del “Caudillo” reposara en el Cementerio de El Pardo. Fue el Rey Don Juan Carlos De Borbón quien decretó que su cuerpo reposara en la Basílica.

Para cerrar, cito el texto de César Alcalá usado para sustentar esta entrada.

El Valle de los Caídos fue construido como simbólico enterramiento indistinto de las víctimas de una guerra de ambos bandos. Los dos combatieron para defender unos ideales que consideraban justos. La Abadía es un lugar de reconciliación y no de luchas políticas. Y, como dijo el Papa Juan XXIII, después de visitarlo, convino que España era la única nación que erige un monumento a los caídos de ambos bandos, vencedores y vencidos. Exclamando: “¡En Francia solo hacen honor a los vencedores!” 

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