No me gusta el agua ¿qué hago?

No me gusta el agua ¿qué hago?

Podemos perdonarte que te desagrade el líquido incoloro e insaboro, pero no puedes dejar de hidratarte. Recuerda que el agua es fundamental.

Con esa premisa no tienes dudas, pero no te gusta el sabor. No puedes con los 8 vasos diarios que recomiendan los médicos. Apenas tomas algunos sorbos para quitarte la sed pero no logras crearte el hábito.

Lo primero que debes saber es que el agua es imprescindible para tu organismo, y que está presente en 70% de tu cuerpo. ¿Sabías, por ejemplo, que una persona puede vivir 21 días sin comida pero solo 3 días sin líquidos? El agua es tan vital para nuestra vida como lo es el aire que respiramos.

Si aún tienes dudas debes saber que el agua tiene muchas funciones en tu cuerpo: es vital en el proceso de digestión de los alimentos y necesaria para mantener un equilibrio dentro del cuerpo ya que participa en procesos como el transporte de nutrientes y en el control de tu temperatura corporal.

La recomendación general que da el Instituto de Bebidas para la Salud y el Bienestar y el Instituto de Medicina de la Academia Nacional de Ciencias de España  es consumir 2.2 litros al día de líquidos si eres mujer y 3 litros en el caso de los hombres.

No esperes hasta tener sed para tomar agua u otro líquido.  Una deshidratación moderada puede disminuir tus niveles de energía y alterar el funcionamiento de tu cerebro.

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Recuerda, además, que no solo el agua hidrata. Todos los líquidos pueden hidratarte, lo mismo que muchas comidas.

Los jugos, el té e incluso alimentos que se derriten a temperatura ambiente como los helados contienen agua. Por ejemplo, una taza de 3 onzas de gelatina aporta  media taza de agua y una taza de yogurt aporta un tercio de taza.

Las sopas también pueden servir como un medio para hidratar lo mismo que las frutas y los vegetales frescos.

Si ya has hecho esfuerzos por tomar ese líquido incoloro e insípido, sin obtener buenos resultados, entonces te ofrecemos algunas alternativas para sustituirlo porque sin líquido no te puedes quedar el día entero.

  1. Agua de coco. Contiene electrolitos, por lo que ayuda a tu cuerpo a hidratarse incluso más rápido que el agua. Contiene pocas calorías.
  2. Zumo de aloe vera o sábila. No tiene calorías y puede acelerar tu sistema digestivo. Puedes mejorar su sabor añadiendo un poco de agua de coco y un edulcorante natural, como miel o stevia.
  3. Té helado. Es una bebida que además de refrescante contiene gran cantidad de antioxidantes, por lo que es una buena alternativa.
  4. Agua saborizada. Puedes disimular el sabor con rodajas de tu fruta favorita, remojadas durante un par de horas. Puedes usar rodajas de limón, naranja, pepino, manzana…
  5. Jugo de sandía o patilla. La sandía contiene un 95% de agua, así que casi podemos decir que el zumo de sandía es agua con sabor a sandía. Tiene beneficiosas propiedades hidratantes para la piel y el organismo.
  6. Agua carbonatada o gasificada. Si le colocas un poco de jugo de limón será bueno para tu estómago y tiene un buen sabor.

Todas estas alternativas te permiten hidratarte para aportar a tu organismo el agua que necesita. Algunas de ellas además suponen un gran aporte de vitaminas y nutrientes. Si no lo has hecho antes, te recomendamos que pruebes a tomar agua a diferentes temperaturas y de diferentes marcas si tomas agua natural. De esta manera quizá encuentres la forma que te permita tomar agua sin tener que recurrir a alternativas como zumos u otras bebidas.

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