Leña para cocinar en África
Un aspecto de política que se debe considerar en el enfrentamiento de la inseguridad alimentaria en el África subsahariana, es el acceso a combustibles de madera para cocinar. Los investigadores, por su parte, deben abordar la sostenibilidad y viabilidad de la biomasa utilizada por la mayoría de las personas en esta región del mundo. Las fuentes inadecuadas de energía para cocinar contribuyen a la inseguridad alimentaria, especialmente en personas con muy bajos ingresos. Sin embargo, no siempre es un problema de dinero, ya que en muchos casos la gente simplemente prefiere cocinar con leña. Se puede señalar que hay lugares donde las personas tienen comida pero no tienen como cocinarla. Es una situación que se debe comprender mejor y aprender cómo hacer sostenible la quema de leña para cocinar.
En el África subsahariana se considera que más del 90% de la población depende de la leña o el carbón. El carbón vegetal se utiliza principalmente en centros urbanos, mientras que la leña es el combustible de madera predominante en zonas rurales. La quema de leña la consideran poco amigable con el medio ambiente y por eso se trata de persuadir a los ciudadanos para que usen gas natural licuado o electricidad. Esto ha resultado difícil de lograr por lo que se ha recomendado que se agregue la disponibilidad de combustible de madera a la lista de impulsores esenciales de la inseguridad alimentaria en el África subsahariana.
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Algunas recomendaciones que se han hecho incluyen el desarrollo de la agrosilvicultura, en las áreas rurales promover la plantación de árboles y luego podarlos para usar las ramas como leña. Como resultado existirán más árboles y cercanía a las fuentes de leña que evitarían su transporte a grandes distancias. Si se sigue ignorando el uso de la leña porque se asume que en una economía del siglo XXI se debe ascender en la escala energética, no se avanzaría para remediar la inseguridad alimentaria en esas regiones, donde la leña tiene una larga historia de uso y existen barreras culturales para la alimentación, pobreza generalizada y condiciones geográficas desalentadoras que hacen impopulares a otras formas de combustible o que no estén disponibles.
