Cómo fortalecer las defensas de tu organismo

Por Hercilia Garnica

Apuesto a que más de una vez tu abuela o mamá te ha recriminado que te enfermaste porque tienes las defensas bajas y con seguridad no entiendes muy bien de qué se trata. ¿Es que acaso tienes un batallón dentro de tu cuerpo que debe protegerte? Pues sí, es algo como un sistema de barrera que te resguarda de infecciones o agentes externos, pero de ti depende que esté fortalecido y en alerta permanente.

Es una ecuación sencilla. Para sentirte bien, debes estar sano y para conseguirlo necesitas potenciar tus defensas y que tu sistema inmunológico esté fuerte.  

Tu sistema inmunológico es la defensa número uno contra las toxinas ambientales, los virus, las bacterias y otros microorganismos dañinos. Todos estamos expuestos a agentes contaminantes y la mayoría puede llegar a ser neutralizado por tu sistema inmune, sin siquiera darte cuenta.

Pero para que eso ocurra debes fortalecer tu sistema inmunológico y eso dependerá de cómo sea tu calidad de vida, lo que comes, tu salud física, tu salud mental y a lo que estás expuesto cada día.

Lamentablemente, las toxinas que están presentes en el mundo de hoy hacen que tu sistema inmunológico se debilite a un ritmo cada vez más acelerado. Pero hay algunas acciones que te pueden ayudar a aumentar las defensas de tu organismo.

1. Cuida tu alimentación

Lo que comes es fundamental  para estar bien. Una dieta baja en grasa te ayudará a que tengas menos infecciones. Las grasas no deberían superar el 25% del total de tu dieta diaria y éstas deberían ser monoinsaturadas (aceite de oliva, aguacate) y poliinstaturadas (aceites de girasol, salmón o nueces). Debes limitar (o eliminar) las grasas saturadas o las grasas trans.

Las proteínas también son muy importantes en tu dieta porque te ayudarán a crear glóbulos blancos protectores y anticuerpos.  Están presentes en el pescado, el pollo sin piel, los huevos, las legumbres, las carnes bajas en grasa o los productos de soja.

2. Haz ejercicio

Debes abandonar la vida sedentaria y comenzar a moverte cuanto antes. El ejercicio moderado (andar rápido, montar en bicicleta, nadar 45 minutos cinco veces a la semana) puede mejorar las defensas de tu cuerpo e incluso reducir los días de enfermedad (como del resfriado común) hasta en un 50%.

3. Mantén un estilo de vida saludable

Eso significa no fumar, no beber ni tomar sustancias tóxicas.  Comer una dieta rica en frutas, verduras, granos enteros y bajas en grasas saturadas. Mantener un peso saludable.  Controlar la presión arterial.  Dormir las horas adecuadas para poder estar descansado. Tomar medidas higiénicas para evitar infecciones o enfermedades por contagio (lavarte las manos, cocinar bien los alimentos, no compartir utensilios de comida, etc.).  Hacerte pruebas médicas de forma regular para saber que todo va bien y que la salud se mantiene fuerte.

5. Mantén la calma

Debes encontrar la manera de eliminar el estrés (o gran parte) de tu vida. Puedes realizar ejercicio un par de veces por semana, meditar, tomar un baño relajante, buscar tiempo para pasear con tu mascota. Dedica 15 a 30 minutos para alguna actividad que te de mucho placer, como leer, bailar, cocinar o lo que prefieras, para mantener tus ánimos siempre por las nubes. Todo lo que implique bajarle velocidad a tu vida será bienvenido.

6. Hidrátate 

Bebe dos litros de agua, y un litro más de zumos de frutas frescas al día.

7. Descansa 

Recuerda dormir no menos de 7 horas por las noches para permitir al cuerpo una buena recuperación diaria, y determina hábitos rutinarios saludables para poder cumplir tus actividades sin preocupaciones.