San Francisco de Asís, ejemplo de austeridad
Giovanni di Pietro Bernardone era el nombre de quien se convertiría en Francesco d’Assisi o Francisco de Asís. Nació el año 1181 en Asís, Umbría Ducado de Spoleto-Sacro Imperio Romano Germánico y murió en el mismo pueblo en 1226 con apenas 44 años de edad. Su padre fue un rico comerciante de la época, mas sin embargo, Francisco se dedicó a vivir en la pobreza observando los Evangelios. Su vida religiosa transcurrió en la mayor austeridad, y animaba a sus seguidores a que adoptaran esa forma de vida. Ese comportamiento hizo que lo llamaran il poverello d’Assisi (el pobrecillo de Asís).
En el mismo siglo XII, cuando nace Francisco, comenzaron Las Cruzadas y hubo un crecimiento muy grande del comercio y desarrollo de las ciudades. Fueron momentos de riqueza que influyeron hasta en la iglesia, muchos de cuyos ministros fueron criticados por preocuparse más de su patrimonio personal y sus relaciones acomodaticias que por la vida eclesiástica. Eso fue causa del surgimiento de movimientos en rechazo a la nueva riqueza de la jerarquía de la iglesia y se dedicaron a vivir de acuerdo con los postulados, a llevar una vida pobre y evangélica. Así surge la organización de Francisco de Asís, bajo sumisión a la autoridad católica, y sus miembros fueron conocidos como los Monjes Mendicantes. En los inicios de esta Orden de Los Frailes Menores, Francisco se dedicó a reparar y reconstruir iglesias en mal estado, y estando en la reparación de la Capilla Porciúncula recibió la revelación de su misión, lo cual cambió su rumbo y se dedicó a la vida austera y a predicar el Evangelio.
Siguiendo el ejemplo de Francisco, los Frailes atendían leprosos, trabajaban en las más humildes labores para los monasterios y particulares, y en granjas aledañas. En 1219 francisco decidió viajar hacia el oriente, pasó por Chipre y se dirigió al norte del Río Nilo. En Egipto se dedicó a tratar de convertir a los musulmanes, cosa que no pudo lograr. Sin embargo, el Sultán de Egipto le obsequió un cuerno de marfil tallado, que era como un pasaporte en las tierras musulmanas y hoy se conserva en la Basílica de Asís.
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En el mes de junio de 1224, Francisco asistió a su último capítulo general de la Orden. En septiembre de ese año oró para que se concedieran dos gracias antes de su muerte: una, recibir la pasión de Jesús y la otra, una enfermedad larga con una muerte dolorosa. Después de largas horas de oración, el mismo Jesús se le presentó crucificado y le imprimió las huellas de la crucifixión en manos, pies y en el costado, y sus hermanos de la Orden pudieron ver los estigmas en el cuerpo de Francisco, los cuales siempre trató de ocultar por no ser digno de portar las señales de la Pasión de Cristo. Murió el 3 de octubre de 1226 y fue canonizado el 16 de julio de 1228, encontrándose hoy sus restos en la Basílica de San Francisco de Asís.
