¿Cómo leer las etiquetas nutricionales? Cambia la manera de alimentarte

¿Cómo leer las etiquetas nutricionales? Cambia la manera de alimentarte

¿Cómo leer las etiquetas nutricionales? Cambia la manera de alimentarte

Además de desarrollar una actividad física constante, para mantener la buena salud es vital tener una alimentación adecuada. Aunque algunos llegan a extremos como a nutrirse únicamente con comida que no venga envuelta en un paquete, comenzar leyendo lo que ponen las etiquetas nutricionales de esos mismos envases es una buena forma de comenzar una vida sana.

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Antes de hablar sobre los datos que se muestran en dichas tablas, debes tomar en cuenta que la industria trata de disfrazar algunos de sus productos para que pasen por saludables, o al menos, no perjudiciales para la salud. Así que interpretar estos valores es un primer paso para llevar una buena dieta.

Lo primero que debes saber es que los ingredientes expuestos están ordenados de mayor a menor, así que a mayor proporción de un ingrediente determinado, más alta será su posición en la lista de ingredientes. Es un buen tip para identificar aquellos alimentos que tienen demasiado azúcar procesado.

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Sin más, explicamos los valores que suelen estar incorporados en las diferentes tablas nutricionales a nivel mundial:

  1. Tamaño de la porción: Es la recomendación del fabricante de lo que debería ser una ración del producto. Suele usarse para engañar al consumidor.
  2. Valor energético (calorías): Contar las calorías no es suficiente. Los nutricionistas recomiendan mirar más los nutrientes y menos las calorías. No es lo mismo consumir 10 calorías de azúcar que 10 calorías de proteína.
  3. Grasas: En algunas etiquetas se mete en el mismo saco a las grasas saturadas (las que necesitamos), y a las grasas trans (antinaturales). Así como las calorías, más importante que el contenido en grasa es su origen.
  4. Colesterol: Otro elemento muy en la boca de las personas. Algunos especialistas aseguran que ha sido injustamente satanizado por la comunidad médica. El cuerpo produce colesterol porque lo necesita. Si consumes más en tu alimentación, tu cuerpo generará menos, y al revés.
  5. Carbohidratos: Volvemos a la importancia del origen del nutriente. Es muy diferente el carbohidrato del azúcar añadido en un producto procesado, que el carbohidrato que de por sí contienen alimentos ricos en almidón como la patata o la zanahoria.
  6. Azúcares: Es parte de los carbohidratos. Es uno de los factores que debes revisar. Si tiene demasiado azúcar, no lo compres. El consumo excesivo de azúcar es el verdadero origen de la obesidad.
  7. Fibra: Cuanta  más fibra tenga el producto mejor, pero no es lo mismo la fibra presente en los alimentos de manera natural que la añadida artificialmente para promocionar el producto. Palabras como polidextrosa, inulina o oligofructosa en los ingredientes, son indicativos de que es fibra añadida. Mejor la natural que la añadida.
  8. Sodio: Si bien no debes preocuparte mucho del sodio natural de los alimentos , el uso excesivo de sal por los fabricante, haciendo así los productos más estimulantes al paladar, es peligroso.

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