Siete prácticas para superar los retos de la adultez media

Siete prácticas para superar los retos de la adultez media

Siete prácticas para superar los retos de la adultez media

Son herramientas sencillas que pueden ayudarte a identificar dolencias que requieran atención médica y complementar su tratamiento para mantenerlas bajo control.

1 Respira con atención plena

Nuestras células necesitan oxígeno para convertir el combustible que ingerimos en energía. A veces con solo inhalar profundo ya comenzamos a sentirnos más relajados. Al aumentar la cantidad de aire hacia nuestros pulmones ayudamos a nuestro cuerpo a funcionar de manera óptima.

En este video por Julie Bayer Salzman y Josh Salzman los niños de Mindful Schools en California, EEUU, comparten lo que ellos entienden acerca de la neurociencia de emociones difíciles y cómo utilizar la respiración para superarlas. Aquí tienes la versión subtitulada:

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2 Date cuenta

Al poner la atención en nuestro respirar, nos ponemos en contacto con nuestras necesidades físicas. Tal vez sentimos la necesidad de hidratarnos, relajar los hombros o estirar los músculos del cuello. Además de oxígeno, el agua es fundamental para el funcionamiento del cuerpo humano.

Presta atención tanto a tu interior como al ambiente que te rodea. ¿Estás leyendo con suficiente luz? A veces forzamos la vista sin necesidad, nos perdemos el trinar de los pájaros en un día de sol o el olor a tierra mojada después de la lluvia por no abrir las ventanas de la habitación en donde nos encontramos.

Utiliza tus sentidos y tu atención para disfrutar del aquí y el ahora. Hasta en la situación más difícil debemos recordarnos a nosotros mismos que somos parte de una realidad que está siendo registrada por nuestro cerebro.

Darse Cuenta

3 Acepta

La aceptación de nuestra realidad es una gran forma de reducir el cansancio. Puede ser que tengas años queriendo cambiar alguna circunstancia sobre la cual no tienes control y eso te causa un desgaste físico y mental adicional. Identifica lo que puedes cambiar y haz algo al respecto.

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Lo que no puedas cambiar puedes enfrentarlo de dos maneras: lo aceptas o lo evitas, si es posible.

Acepta

4 Agradece y celebra

Una de las formas más efectivas de que nuestro sistema inmunológico cumpla con su función de protección es a través de estados de ánimo positivos. La psicoinmunoneurología es la ciencia que estudia la conexión entre los sistemas nervioso, hormonal e inmunológico.  

La gratitud nos lleva a sentirnos afortunados por todo lo bueno que nos sucede en el día a día. Celebra los pequeños triunfos, la compañía de seres queridos, el buen funcionamiento de ciertas partes de tu cuerpo y la habilidad de percibir lo que te parece hermoso. Sonríe y baila para animarte cuando estás agobiado.

El Dr Mercola explica detalladamente los cambios producidos en el cuerpo por los estados de ánimo en su artículo titulado “Felicidad y risa esenciales para el sistema inmunológico”.

Este video explica cómo funciona el sistema inmunológico: 

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El control del estrés, el sueño y la buena alimentación son fundamentales para el óptimo desempeño de todos los órganos. Los estados mentales positivos generan sustancias químicas que fortalecen el sistema inmunológico.

5 Estírate y utiliza el poder de las poses de superhéroes

Los estiramientos son fabulosos para combatir el estrés y adoptar poses de superhéroes por tan solo dos minutos eleva nuestra autoestima y nos ayuda a enfrentar situaciones difíciles con claridad y eficiencia.

Amy Cuddy explica los cambios positivos observados en personas posando como superhéroes en este video de treinta segundos de duración.

6 Recordar es vivir

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Aprovecha tus años de vida y tus experiencias pasadas y revive los momentos más felices. Visita tus álbumes de fotografías impresas o digitales, siéntate a ver una grabación de algún evento especial o divertido. Escribe una crónica de un recuerdo que ponga una sonrisa en tu rostro. Comparte tus memorias con tus amigos por las redes sociales para obtener sus comentarios.  

7 Cambios

Ponerte en contacto con tu cuerpo y tus pensamientos te lleva a adoptar cambios para sentirte con mayor ánimo y fuerzas en el día a día. Además de la atención plena, puedes mejorar tu alimentación o incluir algo de ejercicio físico en tu rutina. Recuerda que usar las escaleras en vez del ascensor puede ser un pequeño cambio que crea una realidad más feliz y saludable.

Comienza por mejorar los hábitos que ya posees, a través de escogencias más selectivas. La repetición consciente de nuevas opciones que te hagan sentir más fuerte y productivo se traduce en hábitos que te beneficiarán en el largo plazo.  

Tu turno

Recomiéndanos alguna otra práctica sencilla que te haya servido para mejorar tu vida. ¿Implementarías alguna de estas ideas en tu vida a partir de hoy?


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